Premio Dr. Fernando Delgado Lallemand

Hogar Salle Jerez

UNA LLAVE PARA LA INCLUSIÓN SOCIAL

La Asociación Hogar La Salle Jerez, es una entidad sin ánimo de lucro perteneciente a la Red de Obras socioeducativas de La Salle, que trabaja en el ámbito socioeducativo con personas en situaciones de vulnerabilidad social.


La Asociación con una fuerte vinculación al carisma Lasaliano, y apoyada por los Hermanos de Las Escuelas Cristianas, atiende a personas en situación de vulnerabilidad social, mediante tres programas principales que engloban varios proyectos. Entre estos programas destaca el HOGAR DE EMANCIPACION para Jóvenes extutelados, centrados en los jóvenes de origen magrebí o subsahariano que llegaron a España como menores no acompañados y que fueron tutelados por la administración, los cuales al cumplir los 18 años y no tener una red familiar que los apoye, salen de estos centros en una situación de desamparo. Sin una red de apoyo, la emancipación se realiza con pocas garantías de que los jóvenes hayan conseguido en ese momento el nivel de autonomía suficiente. Esto, lógicamente, los sitúa en una clara situación de vulnerabilidad

Trabajamos en coordinación con los diversos recursos de menores de la provincia de Cádiz (CAI, Manuel de Falla, Nuevo Futuro, Programa Labora.....). Cuando algún joven que tiene intención de continuar con sus estudios tiene que abandonar el centro por motivo de su mayoría de edad, es derivado a este recurso (si hay plaza libre), ofreciéndole así la oportunidad de ser protagonistas de su propio futuro. Estos jóvenes tienen que hacer frente a un reto doblemente complicado, emanciparse a los 18 años, mucho antes que su grupo de iguales, y hacer frente a las dificultades que tienen para garantizar una buena emancipación sin contar con apoyo familiar, con una red social reducida y sin recursos.

Además, la realidad nos muestra que mucho de estos jóvenes salen de los Centros de Menores bajo los que han estado amparados sin tener regularizada su permanencia en nuestro país. En estos casos, el problema se agrava aún más ya que el acceso de estos chicos a un puesto de trabajo en la legalidad se hace prácticamente imposible, y con ello, también el acceso a una vivienda digna y a una integración social plena. Y como si de un círculo vicioso se tratase, esta situación le dificulta en gran medida la regularización en nuestro país, condenándoles a una vida clandestina y marginal. Es complicado para ellos ya que deben buscar alojamiento, cubrir sus necesidades básicas, regularizar su documentación, continuar formándose, buscar un empleo y mantenerlo, (lo que se hace especialmente difícil dada su escasa formación académica y profesional así como por una cuestión idiomática y cultural). Además deberan esforzarse para tener una red de amigos, comprender su propia historia y el entorno donde viven, convivir con su pasado y saber construir su futuro.

Para todo esto necesitan un apoyo que les ayude a reconocer sus propias capacidades, que les orienten en su proceso de autonomía. El proyecto cuenta, con el apoyo profesional adecuado, con la participación de voluntariado y la comunidad de hermanos de la Salle, los cuales se convierten en referentes de estos jóvenes.

Estos chicos aunque de origen extranjero han crecido en nuestra provincia, se sienten parte de ella y tienen como primera opción seguir relacionándose con el entorno que conocen. De no existir nuestro recurso, estos jóvenes tras su paso por los Centros de Protección de Menores, se hallarían en una situación de especial precariedad. La ausencia de empleo y de una vivienda digna harían que gran parte de estos chicos se vieran obligados, en el mejor de los casos, a subsistir en albergues y servicios de comedor municipales gratuitos de nuestra provincia, cuando no, deambulando por las calles víctimas de la ociosidad, la delincuencia y la prostitución, con el consiguiente daño a la población. Sin embargo, el dar la oportunidad de una formación y una integración social plena de estos jóvenes en la sociedad Gaditana, hace que se enriquezca. No debemos olvidar que el paso de las diferentes culturas por la provincia de Cádiz a lo largo de su ancestral historia, ha dejado su huella, privilegiada y dota de una singular idiosincrasia a su población. La diversidad cultural es una fuerza motriz para el desarrollo, no sólo en lo que respecta al crecimiento económico, sino como medio de tener una vida intelectual, afectiva, moral y espiritual más enriquecedora, llevando al diálogo entre civilizaciones y culturas, al respeto y a la comprensión mutua. Si no apreciamos el valor de la diversidad, perdemos una oportunidad de conocer todo el bagaje cultural que poseen los diversos grupos étnicos o minorías y por lo tanto desperdiciamos el potencial creativo que esa cultura posee. Por eso, desde nuestra entidad fomentamos en el día a día una realidad de comunicación intereligiosa e intercultural, lo cual nos lleva a desarrollarnos en un ambiente de convivencia y respeto, viéndose reflejada en nuestra interacción con la sociedad gaditana. Por todo ello, gracias a las aportaciones individuales como la del premio Dr Fernando Delgado Lallemand, nos sirven de energía y de aire fresco para seguir apostando por la diversidad de nuestra provincia, entendiendo que cada granito de arena, sean del origen que sean, hacen de la sociedad gaditana una montaña de riquezas, colores y culturas.